Christian Vela capitanea la empresa Llavemanía, que es un grupo de venta especializado en el sector de llaves de automoción, cerrajería de casa y automatismos en garajes. Su continua formación le lleva a estar al día en los últimos avances del sector, además los clientes perciben esa profesionalidad y le dan toda su confianza. Se encuentran en la zona de influencia de la provincia de Cádiz.

Soy muy perseverante y me gusta que cuando me dedico a algo quiero hacerlo perfectamente. No me gustan las medias tintas y considero que la honestidad va delante de todo. Soy tremendamente claro en expresar lo que pienso.

Pues sería seguramente lo que estudié: Químico.

Me apasiona poder dar una solución a nuestros clientes. Coger algo que está estropeado y repararlo cuando otros no pueden. Y respecto a la seguridad, pues brindar de las diferentes alternativas que existen en el mercado, para que aquellos que pretenden hacer daño, por lo menos les cueste un poco más cada día.

No me gusta a veces situaciones en las que uno se ve envuelto y que pienso que a ninguna persona le debería pasar, como por ejemplo son los desahucios o los robos a personas mayores, etc.

Hay muchas y gracias a Dios es el día a día. Anécdotas con gente anciana, o que muchos clientes vienen a mi tienda para felicitarme por ejemplo el día de mi cumpleaños. O simplemente me felicitan y me preguntan cómo vamos. Son personas que gracias a mi trabajo forman parte de mi vida, y te das cuenta que ellos sacan tiempo de sus vidas y se acuerdan de ti y además lo expresan cada día con pequeños saludos comentarios, etc.. Eso es lo que más me gusta de mi trabajo.

Mi primera experiencia como cerrajero fue en casa de mi vecina; una anciana mayor que nos despertó a las 3 de la mañana. La señora se había caído y llevaba cerca de una hora y no podía abrir la policía. En ese momento lo que era para mí un hobby se convirtió en mi pasión.

Soy cerrajero y electrónico.

El cerrajero tiene que nacer y se tiene que hacer. Es una profesión que tiene que gustarte y que no sabría decirte exactamente que tiene pero para mí es mi vida. Pienso que cuando aprendes algo que te gusta y no te cuesta trabajo y te llena es desde luego lo que da sentido al día a día.
También es cierto que eso no lo es todo. Uno tiene que formarse y rodearse de aquellos que puedan enseñarte y disponer de las herramientas que te permitan afrontar los problemas del día a día de las personas. Porque no debemos olvidar que un cerrajero soluciona una necesidad, un problema grave, y cada día te encuentras afrontándolos y ayudando a los clientes.

Un profesional debe ser justo, honesto y perseverante.

Pues valoro la calidad, la honestidad y sobre todo el soporte técnico. Con estas tres características el resto va adelante.

Pues ser parte de ella y no engañarla.
Hacer ver que nuestra profesión es tan digna como cualquiera. Por desgracia nuestra profesión está llena de gente sin escrúpulos que lo único que pretende es ganar dinero y estafan literalmente a las personas. Estoy en contra de las prácticas no profesionales y que se aprovechan de las personas en momentos puntales de debilidad.

La cerrajería es un negocio muy antiguo y creo que va seguir siendo parte de nuestra sociedad. Aunque debemos adaptarnos a la era tecnológica en la que nos encontramos.

Claro que son útiles, todo lo que sea mejorar la vida de una persona es útil. Aunque hay que tener en cuenta que debe hacerse desde la seguridad.

Pues mucha. Es una herramienta que te permite comunicarte y hacerte ver por personas que de una forma tradicional sería impensable llegar a ellas, lo que permite expandir tu negocio. Evidentemente eso hace que al tener más ojos sobre la forma de trabajar uno debe de cuidar mucho más su profesionalidad. Lo mismo que hoy en día te hace estar arriba, mañana mismo estás abajo si no haces las cosas adecuadamente.

Hay de todo en la vida. Es evidente que fomentan la comunicación entre personas, pero también hacen que te encuentres gente que no les importa nada tu profesionalidad, sólo quieren precio y sea lo que sea les parece caro.

Un color: Naranja.
Un número: 7.
Una costumbre: Uff, muchas, jeje.
Un viaje: Al fin del mundo, cualquiera es válido.